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Reflexión sobre la relación entre cine y literatura

Dado el momento en el que nos encontramos actualmente, es decir, en el inicio del segundo cuatrimestre del Máster de Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera (FPELE), nos gustaría dedicarle este artículo a la reflexión sobre alguna de las muestras de aprendizaje que podemos encontrar presentes en este Portafolio. De nuevo, como ya advertimos en la reflexión acerca de nuestra autoevaluación y sobre nuestro pensamiento acerca de qué era un buen profesor de lenguas, avanzaremos cronológicamente por esta muestra. Por ello, lo que seleccionamos sigue la línea de lo ya presentado, es decir, corresponde con el inicio del Máster, concretamente a la primera clase de la materia de Literatura y Cine con la profesora Irene Yúfera. En esta, trabajamos la relación entre cine y literatura establecida el primer día de clase y derivada de nuestra propia reflexión y de la puesta en común de las reflexiones de todos nuestros compañeros. Considero, por tanto, que la relación entre estos dos conceptos tiene una clara importancia y por ello me gustaría, una vez acabada la asignatura de Cine y Literatura, dedicarle la tercera reflexión de esta Portafolio. Os dejo la muestra extraída del artículo original a continuación:

Hace dos días, iniciamos la materia de Literatura y Cine con la profesora Irene Yúfera. […]nos propuso comentar en dos frases máximo de veinte palabras cada una la relación del cine con la literatura, o cómo vivíamos nosotros estos conceptos o incluso, qué era cada elemento. El objetivo fue muy claro, reflexionar y debatir para poder obtener así las diferencias y los parecidos entre ambas cosas. Mis reflexiones en esos escasos minutos fueron rápidas y no demasiado elaboradas puesto que no me había planteado esas cuestiones con anterioridad. Sin embargo, y tras la reflexión que hicimos, tengo una opinión mucho más reflexionada y fundamentada, que parte de distintos puntos de vista y que enriquece tanto mi visión como mi futura docencia. Mis reflexiones, por tanto, fueron las siguientes:

- La literatura me aporta la ventaja de poder dar rienda suelta a mi imaginación e imaginarme todo tal como quiero.

- El cine me aporta la posibilidad de disfrutar de la iluminación, los contrastes, los paisajes, la puesta en escena…

Por tanto, como ya hemos adelantado, tras esa primera reflexión y el extenso diálogo que en clase se produjo sobre los dos conceptos, me surgen numerosas reflexiones que me gustaría compartir con vosotros. Bien, ahí van:

La literatura requiere mucho más tiempo ya que siempre invertimos muchísimo más tiempo en leer un libro que en visualizar una película. A parte de esto, al sumergirnos tanto en la lectura, quizás más que en los largometrajes, nos produce una mayor reflexión. Además, nuestro papel en el cine es totalmente pasivo, recibimos toda la información sin mucho esfuerzo cognitivo, mientras descansamos en el sofá relajadamente. En cambio en la literatura tenemos un papel completamente activo donde no paramos de pensar, imaginar cosas e intentar descifrar lo que el autor está intentándonos decir, además del esfuerzo cognitivo superior que supone la lectura. Debes estar, además, mucho más concentrado porque si no, difícilmente te enteraras de la obra y su argumento. En el cine, por el contrario, por poca atención que prestes puedes seguir, de manera general, el argumento de la obra.

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Otra de las cosas que nos permite la literatura es empatizar bastante más, ya sea con las historias que nos cuentan o con los distintos personajes que puedan aparecer. Nos ponemos mucho más en la piel de los protagonistas de nuestra lectura que en la de los personajes que vemos en pantalla. Aunque si bien es verdad que también los entendemos, vemos su punto de vista y sufrimos con ellos, creo que no de igual manera que como lo hacemos con la lectura.

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Por otro lado, la literatura es algo individual y personal, que se suele llevar a cabo de forma solitaria, ya que cada uno tiene sus propios gustos y su ritmo de lectura. El cine, por el contrario, es algo social y lúdico. Mientras que podemos perfectamente quedar, por tanto, para ver películas con distintas personas, no es tan fácil quedar para leer con alguien. Ni es fácil ni se suele hacer, es un acto totalmente individual que no se suele compartir, a no ser que dos personas se compren el mismo libro y empiecen a la vez a leer para, una vez acabado, poderlo comentar. Aun así, tampoco lo acabo de ver factible dado que acabaran a diferentes tiempos.

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Además, la literatura, frente al cine, tiene muchos menos límites, nuestra imaginación es infinita y el cine, finito y muy predeterminado, no deja lugar a la imaginación. En cambio en la literatura la herramienta fundamental que tenemos es la imaginación. A través de ella caracterizamos a los personajes, a la ciudad, lo que está pasando, sus caras… El cine, por el contrario, se debe ajustar más a unos parámetros y no deja lugar a la imaginación, vemos las caras de los personajes, sus muecas, gestos, su ciudad, sus gentes... No nos queda mucho para imaginar, está todo guiado y de la mano de los distintos guionistas y directores de la obra. Además, tus emociones o imaginaciones al ver la película no son al azar, están todas planeadas por estas personas para que tengas esos determinados sentimientos.

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Aunque es cierto que experimentamos cantidad de emociones tanto con la lectura como con la visualización de películas, en las películas lo experimentamos más dado que se crean los guiones especialmente con esta finalidad. Por ejemplo, las películas de miedo/terror o las comedias. Gracias a los efectos especiales y a la intención que se le pone a los largometrajes obtenemos un impacto visual que en la literatura no tenemos. Aunque tenemos la imaginación, no es lo mismo.

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Asimismo, considero, bajo mis preferencias, mis hábitos y mis estudios (Filología), que el cine es una cosa más puntual que la lectura ya que normalmente veo películas de vez en cuando pero leo habitualmente, casi con frecuencia diaria. La gente, no obstante, y según considero viendo las estadísticas de hábitos lectores, prefiere ver una película que leer un libro. Esto seguramente se deba, como hemos comentado, al poco esfuerzo cognitivo que requiere la película y al poco tiempo que inviertes viéndola comparado al que inviertes en la lectura.

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Como conclusión y para finalizar esta entrada, mencionar que, pese a las divergencias que puedan tener, ambas opciones son fantásticas y están muy presentes de forma continuada en nuestras vidas. No podemos prescindir de ninguna de ellas, cada una nos aporta cosas distintas y en la diferencia está la gracia. El cine nos aporta unas sensaciones y la lectura otras distintas, aunque quizás se esté leyendo/visualizando la misma obra. Si nuestra intención es dejar volar la imaginación una obra literaria nos lo va a permitir pero si en cambio nuestra intención es disfrutar de unos buenos efectos visuales y pasar un buen rato en compañía, el cine es indudablemente la mejor opción. No hay una cosa mejor que otra, por tanto, simplemente tienen finalidades distintas y nos trasmiten sensaciones y emociones distintas. Además, más desde una perspectiva didáctica como futura profesora de ELE, podemos elaborar numerosas actividades basándonos en la literatura y en el cine así que esto es fundamental que lo tengamos en cuenta también.

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Una vez, por tanto, situados y contextualizados, podemos pasar a la reflexión sobre esta muestra. Somos consciente, no obstante, de que ya es en sí una reflexión pero la hemos escogido por una sencilla razón: esta reflexión fue realizada hace unos meses y ahora tenemos una visión más crítica y más conocimiento sobre el tema del que hablamos. De esta manera, podemos actualizar dicha reflexión. Probablemente aporte una luz distinta y novedosa en esta nueva reflexión porque conforme vamos realizando camino vamos aprendiendo y no dejamos nunca de aprender y de reflexionar por lo que es probable, por ello, que de aquí a un tiempo volvamos a reflexionar sobre esta entrada y veamos los puntos que han cambiado y los que aún se mantienen. Considero que esta reflexión tuvo un punto de inflexión también en mi formación de manera general dado que fue nuestro punto de partida en la materia. A partir de esta reflexión inicial no he dejado de plantear cosas, de cuestionármelas, de reflexionar más, es decir, cuestiones que nunca antes me había planteado empiezan a aflorar tras esta reflexión por lo que considero que ha tenido un efecto muy claro y enormemente positivo en mí.

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En este sentido podemos decir que no me ha ayudado a asimilar conceptos, puntos de vista, valores y habilidades en mi formación como profesora de español como lengua extranjera pero que ha sido el punto de partida de la clase de Cine y Literatura, la cual, sí me ha ayudado a asimilar estos conceptos que veíamos. Esta asignatura, bajo nuestro punto de vista, es fundamental, además de entretenida, divertida y práctica para sacar ideas y aplicarlas a nuestras futuras clases. En este sentido, me encantaron sus ideas y me encantan las clases que Irene Yúfera realiza. Por no hablar, asimismo, del trabajo relacionado con los cortos y los microrrelatos que nos ha hecho documentarnos y ver cómo podíamos aplicar en el aula lo que habíamos estado haciendo en clase. En consecuencia, podemos considerar que la parte más práctica de la asignatura ha sido lo más significativo dentro de esta materia de formación. Eso y la facilidad con la que Yúfera nos hacía reflexionar con cualquier concepto. De hecho, es la materia de la que más entradas en el Portafolio he realizado y de la que más he reflexionado. Me interesaba mucho lo que decía y le veía mucha practicidad por lo que decidí incluirlas en su día en mi portafolio reflexivo. Por ello, considero que este es un logro, tanto para mí como para la profesora, por hacernos reflexionar tanto y conseguir que amaramos el cine y la literatura en sí y también el cine y la literatura aplicada al aula de ELE. Su pasión era tan desbordante que contagiaba. Se nota que disfruta lo que hace y considero que eso es lo mejor que hay. Tengo claro, después de esta materia que inicia con esta muestra que hoy os presento, que la tomaré de ejemplo para mis clases puesto que quiero que se note la pasión que siento por la lengua, por la enseñanza y también por el cine y la literatura. Quiero de este modo que mis alumnos disfruten de la misma manera en que lo hago yo y tengan ganas de aprender mediante estas herramientas tan fantásticas, además de divertidas y útiles.

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