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  • Foto del escritorElisa Moya Ruiz

Relación entre cine y literatura

Actualizado: 25 ene 2019

Hace dos días, iniciamos la materia de Literatura y Cine con la profesora Irene Yúfera. No obstante, no lo hicimos de la forma tradicional, es decir, del mismo modo que lo hacemos con todas las demás materias. En lugar de empezar hablando de la evaluación y sus criterios, Yúfera nos propuso elegir un avatar que nos acompañaría durante las clases. La actividad consistía, en primer lugar, por tanto, en elegir un avatar que nos representara y en segundo lugar, en describirlo brevemente pero sin desvelar su identidad para que nuestros compañeros consiguieran adivinar de qué personajes estábamos hablando y con quién debían identificarnos a partir de ahora. Si queréis saber más sobre esta actividad y además, tener una idea sobre cómo llevarla al aula, podéis ver este otro artículo relacionado con ello.


Además de esta primera actividad tan interesante, Yúfera, para introducirnos de lleno en la materia, hacer un poco de debate y reflexionar, nos propuso comentar en dos frases máximo de veinte palabras cada una la relación del cine con la literatura, o cómo vivíamos nosotros estos conceptos o incluso, qué era cada elemento. El objetivo fue muy claro, reflexionar y debatir para poder obtener así las diferencias y los parecidos entre ambas cosas. Mis reflexiones en esos escasos minutos fueron rápidas y no demasiado elaboradas puesto que no me había planteado esas cuestiones con anterioridad. Sin embargo, y tras la reflexión que hicimos, tengo una opinión mucho más reflexionada y fundamentada, que parte de distintos puntos de vista y que enriquece tanto mi visión como mi futura docencia. Mis reflexiones, por tanto, fueron las siguientes:

- La literatura me aporta la ventaja de poder dar rienda suelta a mi imaginación e imaginarme todo tal como quiero.

- El cine me aporta la posibilidad de disfrutar de la iluminación, los contrastes, los paisajes, la puesta en escena…


Por tanto, como ya hemos adelantado, tras esa primera reflexión y el extenso diálogo que en clase se produjo sobre los dos conceptos, me surgen numerosas reflexiones que me gustaría compartir con vosotros. Bien, ahí van:

La literatura requiere mucho más tiempo ya que siempre invertimos muchísimo más tiempo en leer un libro que en visualizar una película. A parte de esto, al sumergirnos tanto en la lectura, quizás más que en los largometrajes, nos produce una mayor reflexión. Además, nuestro papel en el cine es totalmente pasivo, recibimos toda la información sin mucho esfuerzo cognitivo, mientras descansamos en el sofá relajadamente. En cambio en la literatura tenemos un papel completamente activo donde no paramos de pensar, imaginar cosas e intentar descifrar lo que el autor está intentándonos decir, además del esfuerzo cognitivo superior que supone la lectura. Debes estar, además, mucho más concentrado porque si no, difícilmente te enteraras de la obra y su argumento. En el cine, por el contrario, por poca atención que prestes puedes seguir, de manera general, el argumento de la obra.


Otra de las cosas que nos permite la literatura es empatizar bastante más, ya sea con las historias que nos cuentan o con los distintos personajes que puedan aparecer. Nos ponemos mucho más en la piel de los protagonistas de nuestra lectura que en la de los personajes que vemos en pantalla. Aunque si bien es verdad que también los entendemos, vemos su punto de vista y sufrimos con ellos, creo que no de igual manera que como lo hacemos con la lectura.


Por otro lado, la literatura es algo individual y personal, que se suele llevar a cabo de forma solitaria, ya que cada uno tiene sus propios gustos y su ritmo de lectura. El cine, por el contrario, es algo social y lúdico. Mientras que podemos perfectamente quedar, por tanto, para ver películas con distintas personas, no es tan fácil quedar para leer con alguien. Ni es fácil ni se suele hacer, es un acto totalmente individual que no se suele compartir, a no ser que dos personas se compren el mismo libro y empiecen a la vez a leer para, una vez acabado, poderlo comentar. Aun así, tampoco lo acabo de ver factible dado que acabaran a diferentes tiempos.


Además, la literatura, frente al cine, tiene muchos menos límites, nuestra imaginación es infinita y el cine, finito y muy predeterminado, no deja lugar a la imaginación. En cambio en la literatura la herramienta fundamental que tenemos es la imaginación. A través de ella caracterizamos a los personajes, a la ciudad, lo que está pasando, sus caras… El cine, por el contrario, se debe ajustar más a unos parámetros y no deja lugar a la imaginación, vemos las caras de los personajes, sus muecas, gestos, su ciudad, sus gentes... No nos queda mucho para imaginar, está todo guiado y de la mano de los distintos guionistas y directores de la obra. Además, tus emociones o imaginaciones al ver la película no son al azar, están todas planeadas por estas personas para que tengas esos determinados sentimientos.


Aunque es cierto que experimentamos cantidad de emociones tanto con la lectura como con la visualización de películas, en las películas lo experimentamos más dado que se crean los guiones especialmente con esta finalidad. Por ejemplo, las películas de miedo/terror o las comedias. Gracias a los efectos especiales y a la intención que se le pone a los largometrajes obtenemos un impacto visual que en la literatura no tenemos. Aunque tenemos la imaginación, no es lo mismo.


Asimismo, considero, bajo mis preferencias, mis hábitos y mis estudios (Filología), que el cine es una cosa más puntual que la lectura ya que normalmente veo películas de vez en cuando pero leo habitualmente, casi con frecuencia diaria. La gente, no obstante, y según considero viendo las estadísticas de hábitos lectores, prefiere ver una película que leer un libro. Esto seguramente se deba, como hemos comentado, al poco esfuerzo cognitivo que requiere la película y al poco tiempo que inviertes viéndola comparado al que inviertes en la lectura.


Como conclusión y para finalizar esta entrada, mencionar que, pese a las divergencias que puedan tener, ambas opciones son fantásticas y están muy presentes de forma continuada en nuestras vidas. No podemos prescindir de ninguna de ellas, cada una nos aporta cosas distintas y en la diferencia está la gracia. El cine nos aporta unas sensaciones y la lectura otras distintas, aunque quizás se esté leyendo/visualizando la misma obra. Si nuestra intención es dejar volar la imaginación una obra literaria nos lo va a permitir pero si en cambio nuestra intención es disfrutar de unos buenos efectos visuales y pasar un buen rato en compañía, el cine es indudablemente la mejor opción. No hay una cosa mejor que otra, por tanto, simplemente tienen finalidades distintas y nos trasmiten sensaciones y emociones distintas. Además, desde una perspectiva didáctica como futura profesora de ELE, podemos elaborar numerosas actividades basándonos en la literatura y en el cine así que esto es fundamental que lo tengamos en cuenta también.


Imagen acerca de la riqueza de la diversidad extraída de Haiku Deck


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