top of page
  • Foto del escritorElisa Moya Ruiz

Relación entre el corto Te quiero mal y Autobús


Recientemente en la clase de Cine y Literatura en la enseñanza de ELE con la profesora Irene Yúfera, como hemos ido viendo con los sucesivos artículos, hemos trabajado tanto el cortometraje como el microrrelato y la relación que se establece entre ambos géneros aplicándolo a un corto y a un micro determinado. Este es el caso del cortometraje de Mireia Giró titulado Te quiero mal y del microrrelato Autobús, que a continuación veremos dado que en el presente artículo nos gustaría adentrarnos y reflexionar en profundidad acerca de la relación que podemos establecer entre ambas cosas. Ambos tienen ciertos aspectos en común, sobre todo si lo miramos bajo la óptica adecuada, como veremos más adelante. Observamos, en relación con el microrrelato y el cortometraje que nos atañe, que las dos estructuras son muy parecidas.


Antes de nada, hagamos algo de memoria sobre lo visto anteriormente acerca de los cortos y los micros. Los microrrelatos son un género literario de carácter narrativo de breve extensión, aunque no existe una normativa estricta en cuanto a la extensión, la mayoría ronda las 10/20 líneas. Generalmente cuentan una pequeña historia con solo unos pocos personajes y una trama sencilla y directa, como vemos que sucede en el microrrelato Autobús. Los cortometrajes, en contraposición, son pequeñas producciones cinematográficas de no más de treinta minutos con un hilo argumental básico y sencillo. Así como en los largometrajes aparecen multitud de personajes y diferentes historias entrecruzadas, en los cortos, por el contrario, normalmente hay pocos personajes y una sola historia, como el caso que nos ocupa, con una sola historia y dos personajes.


Advertimos, por ende, tanto en el corto como en el micro, algunas de estas características. Vemos como en los dos casos predomina la brevedad. No es necesario largas descripciones para explicar una pequeña historia. En ambos casos, además, la trama es muy básica y solo consta de un hilo argumental. Tampoco abundan muchos personajes ni múltiples espacios y escenarios. Se prescinde de toda aquella información que no sea importante. Aunque tienen muchas partes en común, se diferencian a la hora de llevarlos al aula; trabajar con un corto normalmente siempre suele ser más fácil que con un microrrelato. Al ver un microrrelato nos pensamos, por su brevedad, que es muy fácil y que los alumnos lo van a entender con mucha facilidad pero no es así, al revés. No es tan fácil como parece.


Para poder contraponer ambos, necesitamos saber el argumento tanto del corto como del micro por lo que vayamos allá. Primero hablaremos del argumento del microrrelato Autobús. Antes de nada veámoslo:


Autobús

Ella sube al autobús en la misma parada, siempre a la misma hora, y una sonrisa mutua, que ya no recuerdo de cuándo procede, nos une en el viaje trivial, en la monotonía de nuestra costumbre.

Se baja en la parada anterior a la mía y otra sonrisa furtiva marca la muda despedida hasta el día siguiente.

Cuando algunas veces no coincidimos, soy un ser desgraciado que se interna en la rutina de la mañana como en un bosque oscuro.

Entonces el día se desploma hecho pedazos y la noche es una larga y nerviosa vigilia dominada por la sospecha de que acaso no vuelva a verla.


Este microrrelato cuenta la historia de un chico y una chica que por costumbre se encuentran en el autobús. En este encuentro que tiene siempre hay un cruce de miradas y sonrisas entre los dos. El día que ya no se ven, a él se le hecha el mundo encima. Dice que todo se le oscurece, que forma parte de una rutina y las noches se le hacen largas pensado que quizás ya no la vuelva a ver.



Imagen de una persona esperando el autobús extraída de ZeppelinRock


En segundo lugar hablaremos del cortometraje Te quiero mal de Mireia Giró, que podéis ver a continuación:



En este corto se narra la historia de una persona invidente y su rutina diaria para todo, especialmente para ir a trabajar, es directora de un grupo de canto. Esta rutina de la que hablamos empieza con levantarse, ducharse, vestirse, prepararse el desayuno, etc. para finalmente cerrar la puerta e irse. En el vídeo, esta rutina se repite tres días y es en el cuarto cuando la trama da un giro de 180 grados. En este giro tan drástico tiene mucho que ver Cristian, uno de los integrantes del coro que dirige nuestra protagonista. Cristian parece interesado en ella y en el vídeo observamos cómo se suceden las cosas entre ellos. El primer día, Cristian le ofrece llevarla a casa con su coche. El segundo día, resalta su voz cuando están cantando para que ella se dé cuenta de que le gusta lo que hace. El tercer día, se celebra una audición y todo sale genial por lo que todo el grupo sale de fiesta a celebrarlo. Es en este punto cuando los dos protagonistas se quedan solos en el plano y Cristian aprovecha para realizarle caricias. Por lo que se muestra en las imágenes, los dos se van a casa de ella a intimar un poco más. A la mañana siguiente Cristian se levanta primero y vemos como empieza a desordenar sin darse cuenta los objetos y pasos que ella realiza por las mañanas: le tira las zapatillas debajo la cama, mueve la leche de sitio en la nevera, mueve el azucarero, le cambia de lugar las llaves… Desmonta casi todo lo que formaba parte de la rutina de nuestra protagonista y además, para finalizar, al irse, le deja una rosa encima la mesa con la que más tarde se acabará pinchando porque no forma parte de su rutina. Cuando ella se levanta horas más tarde, porque él le ha tocado el despertador, se empieza a dar cuenta de que todo está movido. Hasta se llega a poner un zapato de cada color. Vemos el caos en su orden y la historia acaba con una llamada de él, que ella deja sonar.


Fotograma del cortometraje Te quiero mal de Mireia Giró


Llegados a este punto, por tanto, podemos ver como los dos géneros tienen mucho que ver entre ellos pero no en la trama sino en la estructura utilizada. Si nos fijamos en la estructura interna de Te quiero mal vemos que hay dos partes. La primera seria la rutina de cada día de la chica y la segunda el caos que se produce cuando Cristian lo toquetea todo en su casa. Como hemos dicho, pasamos del orden de su rutina al caos. Además, se utilizan distintos recursos cinematográficos para hacernos ver que se trata de una rutina, como por ejemplo la triple repetición de lo que la protagonista hace por las mañanas: el despertador suena tres veces, va a trabajar tres veces… Podemos usar esta estructura de repetición para hablar de las perífrasis verbales que usamos nosotros para hacer referencia a las repeticiones, como volver a + infinitivo. Además, este corto es muy bueno para trabajar ya que, al ser mudo, nos permite bastantes vías alternativas. También podríamos hablar de los verbos reflexivos por ejemplo, como vimos en clase o del carácter de esta mujer. Otra de las cosas con la que podríamos jugar es el porqué del orden que tiene establecido con todas las cosas de su vida. Al ser ciega, es necesario que ella misma sepa en qué lugar exacto se encuentra todo. Por último, otra alternativa para trabajar con este corto serían las emociones que podemos ir encontrando a lo largo de los quince minutos de vídeo.


En el microrrelato Autobús, asimismo, también encontramos muestras de esa rutina que veíamos. Aparecen palabras como monotonía o misma hora que nos reflejan que aquella historia que se está contando se repite día tras día. Al pasar al día siguiente y volver a repetir la rutina, encontramos el presente, otro aspecto del que también podemos hablar. En este caso es un poco difícil de trabajar, a diferencia del corto, dónde sí se podría trabajar ya que las acciones que realiza la protagonista pertenecen a este tiempo.


Por tanto, y una vez trabajado este corto y este micro, podemos determinar que, de cara al aula de ELE, será mejor, en este caso, trabajar en primer lugar con el cortometraje para luego pasar al microrrelato. Esto es mucho mejor dado que el corto es mudo y resulta más fácil, además de que después, al leer el micro, nos daremos cuenta de que la estructura es muy parecida y de que tienen muchas cosas en común, por lo que nos será más fácil entrar en este microrrelato que desde nuestra visión como nativos parece fácil.


Debemos decir, además, como reflexión final, que lo que esté explicitado, tanto en el corto como en el microrrelato, es la punta del iceberg, realmente esconden mucho más detrás. Asimismo, trabajar con estos dos géneros es muy completo dado que se trabaja con la oralidad, la escucha y la lectura, además de la alta participación de los alumnos en este tipo de situaciones. Además, tienen un gran fondo para ser trabajados. Sin embargo, debemos recordar lo que ya hemos dicho, que aunque en un primer momento podamos pensar que los microrrelatos son fáciles, no podemos dejarnos engañar por su brevedad, no son tan fáciles como parecen.


En cuanto a la aplicabilidad didáctica que tiene esta relación en particular, ya la hemos ido desglosando a lo largo del artículo. Y de las relaciones en general, no se nos ocurre nada más allá de darles las dos cosas a los alumnos y que sean ellos mismos los que tracen los paralelismos y las diferencias. O incluso, y dependiendo del micro escogido, podrían poner frases del micro en capturas de pantalla del corto para predecir que está pasando en ese momento del corto. Se pueden hacer cantidad de actividades pero dependen sobre todo del corto que se escoja y también del micro, por ello, no podemos proponer aquí muchas actividades, más allá de las que ya hemos propuesto en los artículos de los cortos y de los micros.


Por tanto, y a modo de conclusión general para cerrar el artículo, como hemos visto, pese a que el microrrelato y el cortometraje son géneros distintos, tienen muchos puntos en común. Incluso a veces, como quizás ha sido el caso, tras haber leído y visualizado respectivamente, no consigues establecer las semejanzas entre ambas cosas. Nos encontramos, en numerosas ocasiones, cortos y micros parecidos entre ellos, ya sea por temática o por estructura, lo que nos da pie a nosotros a unirlos y trabajarlos juntos. Por ello y dado todo el material que ofrecen para trabajar, son una fantástica herramienta para tener en cuenta en el aula de ELE. Con este artículo, además, ha quedado más que demostrado.


A continuación y para finalizar, nos gustaría realizar diversas preguntas: sabíais u os habíais dado cuenta de la relación existente entre ambos? ¿Qué impresiones tenéis después de ver el corto y leer el microrrelato? ¿Sabríais decir otros ejemplos en los que la estructura sea parecida? ¿Y otros en los que la temática sea parecida? ¿Cómo llevarías al aula esta u otras relaciones entre cortos y micros? ¡Dejad vuestras respuestas y cuestiones en los comentarios! Os agradecemos vuestra colaboración y esperamos, asimismo, que os haya sido provechoso y entretenido el artículo. ¡Hasta otra!


71 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page